Más
de 3.500 personas se agrupan para que la reforma del Código
Civil les abra las puertas de la nacionalidad de sus abuelos
Hasta ahora, son 3.500 los nietos del
exilio de la Guerra Civil que quieren la nacionalidad de sus
abuelos. Se han agrupado en el colectivo «Morados» porque «es
el color que desapareció de la bandera española después de
la guerra y hemos querido hacer un homenaje con este nombre a
los que, tras el conflicto, también desaparecieron de España».
El que habla es Alvar Acevedo, fundador de la página de
Internet www.morados.net, un foro que nació el pasado 5 de
enero y del que ya medio millón de nietos de españoles
repartidos en 27 países se han hecho socios. Hoy, aniversario
de la República, esperan ser escuchados.
Acevedo,
abogado residente en México, bisnieto de un socialista y
nieto de una abulense que trabajó en el Ministerio de Defensa
republicano ¿que, como tantos otros, fue carne de exilio¿,
ha vuelto a la tierra de sus abuelos y de sus padres como un
extranjero. El pasado jueves, mientras el Congreso debatía la
despenalización de la insumisión, el abogado deambulaba por
los pasillos de la Cámara para agradecer el apoyo recibido de
la mayor parte de los grupos de oposición a su causa: que los
nietos de aquellos españoles que abandonaron el país durante
o después de la Guerra, hijos de españoles que no nacieron
en su patria, puedan optar a la ciudadanía de sus abuelos con
la reforma de la nacionalidad en el Código Civil que el
Parlamento quiere aprobar antes de verano.
Objeciones políticas «El proyecto del PP es el único
que no nos ampara porque nuestros padres no nacieron en
España, pero no fue por voluntad propia, sino porque nuestros
abuelos tuvieron que dejar el país para no morir», explica
Acevedo ante la mirada atenta de la diputada asturiana del
PSOE Ludivina García Arias, la mayor valedora de Morados
en el Congreso, quizás porque también es hija del exilio
mexicano y sólo recuperó la nacionalidad de sus ancestros al
casarse con un español.
El abogado ha vuelto a España solo, pero bajo el brazo lleva
3.500 cartas personalizadas para entregar al Rey. En las
misivas, hay historias de lo más variopintas, pero con un
denominador común: nietos de unos españoles que tuvieron que
abandonar su país durante la guerra, a los que Franco no
dejó volver y a los que el actual Código Civil no les
permite ser españoles. Pretenden que la reforma les abra la
puerta, pero es difícil.
Por ahora, los intentos del mexicano por hacer llegar sus
cartas al Rey han sido baldíos, pero su determinación es
firme. «Don Juan Carlos ¿dice el republicano¿ prometió ser
el Rey de todos los españoles y ahora nosotros le tomamos la
palabra. Queremos ser españoles y que sea nuestro Rey, por
eso le pedimos ayuda». También han solicitado entrevistas
con el presidente del Gobierno, las presidentas del Congreso y
del Senado, el Defensor del Pueblo, y los secretarios
generales del PP y del PSOE. Hasta ahora, sin respuesta.
Por otra parte, las entidades republicanas de toda España
preparan para hoy actos de homenaje a la República. Ayer, el
líder de IU, Gaspar Llamazares, lo hizo en Eibar
(Guipúzcoa).
M. SÁIZ-PARDO / R. GORRIARÁN (MADRID)
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