Melchor Sáiz-Pardo
Los 50.000
descendientes directos de los millares de exiliados de la Guerra
Civil no tendrán posibilidad de ser españoles de manera
automática. El Defensor del Pueblo ha cerrado el único resquicio
que les quedaba: Enrique Múgica ha decido desestimar la demanda
de estos nietos del exilio, unidos en el colectivo Morados, que
durante el pasado año le remitieron una petición conjunta para
que recurriera ante el Tribunal Constitucional la reforma del
Código Civil que dará la nacionalidad a cerca de un millón de
hijos y nietos de emigrantes económicos españoles, pero no a los
familiares de los huidos durante el conflicto bélico que estalló
en 1936.
El defensor del Pueblo es tajante en su exposición: la
Constitución deja en manos del Poder Legislativo el decidir
quién tiene opciones a la nacionalidad española, por lo que si
el Congreso de los Diputados ha aprobado una reforma que
establece que sólo accederán al pasaporte los hijos de españoles
de origen (nacidos en España) está en su perfecto derecho y esto
no es contrario al principio de igualdad que establece la Carta
Magna. «Nos encontramos con un ámbito en que el legislador
ordinario puede estatuir de acuerdo a su libertad», sostiene
Múgica en las contestaciones formales que ha hecho llegar en los
últimos días a los morados de todo el mundo.
La Constitución -aclara el defensor a los descendientes del
exilio- sólo establece la prohibición de privar de la
nacionalidad a los españoles de origen. «Salvada esta
limitación, el legislador de la nacionalidad no queda
constitucionalmente obligado más que por su propia libertad».
Según entiende Enrique Múgica, el Parlamento también es soberano
para fijar hasta qué grado sanguíneo llega la transmisión de la
ciudadanía recién concedida, por lo que «tiene la libertad para
decidir si la nacionalidad por opción adquirida por una persona
puede aprovechar a sus familiares o no».
Para Múgica, es claro que la reclamación de los nietos de los
exiliados es sólo una reacción al hecho de que los miembros de
este colectivo «pretendían del legislador un resultado más
acorde con sus solicitudes y, por el momento, no lo han
conseguido». No obstante, explica el defensor en su respuesta,
las »Cortes Generales contemplan estos asuntos con creciente
interés y sensibilidad», por lo que no descarta que en un futuro
el Parlamento abra las puertas a la nacionalidad a los miles de
descendientes de los exiliados.
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