España acaba de abrir la puerta para que los hijos de los
exiliados españoles puedan conseguir la nacionalidad,
mientras que ahora se les considera, a todos los efectos,
extranjeros. El Gobierno calcula que 700.000 hijos de padres
originariamente españoles y nacidos en España podrán optar a
recuperar la nacionalidad a partir del 9 de enero, cuando
entre en vigor la reforma del Código Civil aprobada el
pasado 8 de octubre.Los millones de emigrantes que desde
la Guerra Civil salieron de España en busca de un futuro
mejor, agarrados a una maleta de cartón, crecieron y se
multiplicaron. La inmensa mayoría conservó su nacionalidad y
muchos se la transmitieron a sus hijos, inscribiéndolos en
el momento del nacimiento en el consulado o en la Embajada
de España en sus respectivos países de residencia. No
tuvieron esa opción ni los exiliados ni sus hijos,
repudiados por el anterior jefe del Estado, Francisco
Franco.
Los hijos de los exiliados tras la Guerra Civil perdieron
en casi todos los casos la nacionalidad de sus padres, para
convertirse en ciudadanos de los países en los que habían
nacido. Una reforma del Código Civil de 1997 permitió a los
españoles de origen y nacidos en España, así como a sus
hijos menores o sujetos a su patria potestad, recuperar la
nacionalidad. Pero la medida dejó colgados, entre dos
generaciones, a los que ya eran mayores de edad.
Sin haber hecho la 'mili'
La reforma del Código Civil en materia de nacionalidad,
es decir, la norma que dice quién es o puede ser español, ha
abierto la mano a esta generación perdida. El
texto, aprobado por las Cortes el pasado 8 de octubre,
concede el derecho a optar a la nacionalidad española a
aquellas personas, sin límite de edad, cuyo padre o madre
hubieran sido originariamente españoles y nacidos en España.
La reforma permitirá conseguir la nacionalidad incluso a
aquellos que no hayan hecho aquí el servicio militar o la
prestación social sustitutoria, una consecuencia lógica de
la desaparición de la mili.
El Gobierno calcula que, en cuanto entre en vigor la ley
el próximo 9 de enero (debido a la vacatio legis de
tres meses), 'el número de hijos actualmente no españoles
nacidos de españoles de origen que podrían adquirir la
nacionalidad española se va a situar en torno a 500.000
personas en Iberoamérica y 200.000 en Europa'.
La reforma del Código Civil, además, da la opción a los
nietos, aunque con restricciones, ya que para poder optar a
la nacionalidad deberán residir en España por lo menos
durante un año. Pero calcular el número de nietos requiere
poderes casi sobrenaturales. 'Es una tarea casi imposible',
le acaba de contestar el Ministerio de Asuntos Exteriores a
la diputada socialista Ludivina García.
'El número de extranjeros que tengan o hayan tenido un
abuelo o abuela españoles', explica el Ministerio de Asuntos
Exteriores en su respuesta parlamentaria por escrito,
'ascendería a varios millones de personas, ya que España ha
contado con una tradición emigrante muy importante desde
finales del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX'.
Datos imprecisos
Éste es el motivo por el que, aunque pueda conocerse el
número de hijos del exilio o la emigración, el Gobierno
carece 'de los elementos necesarios para realizar un estudio
cuantitativo con datos precisos sobre los millones de
descendientes de españoles que existen en el mundo en la
actualidad, ni sobre cuántos nacieron en España o en el
extranjero, cuántos perdieron la nacionalidad o cuáles
fueron las razones de tal pérdida'.
Ahora bien, una cosa es recuperar la nacionalidad (bien
la doble o bien renunciando a la del país de nacimiento) y
otra inmigrar a España. Los expertos calculan que serán muy
pocos los hijos de emigrantes en Europa que quieran hacerlo,
pero están convencidos de que habrá peticiones masivas de
personas que residen en países de Latinoamérica en crisis
económica o social, como Venezuela, Uruguay y, muy
especialmente, Argentina.
'Si es difícil calcular el número de hijos y nietos de
españoles de origen, lo es incluso más calcular el número de
ellos que quieran emigrar a España ahora o en el futuro',
afirma el Gobierno.