-Enrique Múgica sostiene que el legislador no ha incumplido la
Constitución porque está legitimado para dar la ciudadanía a
quién considere oportuno.
Madrid, 23 ene. (COLPISA, Melchor Sáiz-Pardo).
Los 50.000 descendientes directos de los millares
de exiliados de la Guerra Civil no tendrán posibilidad de ser
españoles de manera automática. El Defensor del Pueblo ha
cerrado el único resquicio que les quedaba: Enrique Múgica ha
decido desestimar la demanda de estos nietos del exilio,
unidos en el colectivo 'Morados', que durante el pasado año le
remitieron una petición conjunta para que recurriera ante el
Tribunal Constitucional la reforma del Código Civil que dará
la nacionalidad a cerca de un millón de hijos y nietos de
emigrantes económicos españoles, pero no a los familiares de
los huidos durante el conflicto bélico que estalló en 1936.
El defensor del Pueblo es tajante en su
exposición: la Constitución deja en manos del Poder
Legislativo el decidir quién tiene opciones a la nacionalidad
española, por lo que si el Congreso de los Diputados ha
aprobado una reforma que establece que sólo accederán al
pasaporte los hijos de españoles de origen (nacidos en España)
está en su perfecto derecho y esto no es contrario al
principio de igualdad que establece la Carta Magna. "Nos
encontramos con un ámbito en que el legislador ordinario puede
estatuir de acuerdo a su libertad", sostiene Múgica en las
contestaciones formales que ha hecho llegar en los últimos
días a los 'morados' de todo el mundo.
La Constitución -aclara el defensor a los
descendientes del exilio- sólo establece la prohibición de
privar de la nacionalidad a los españoles de origen. "Salvada
esta limitación, el legislador de la nacionalidad no queda
constitucionalmente obligado más que por su propia libertad".
Según entiende Enrique Múgica, el Parlamento
también es soberano para fijar hasta qué grado sanguíneo llega
la transmisión de la ciudadanía recién concedida, por lo que
"tiene la libertad para decidir si la nacionalidad por opción
adquirida por una persona puede aprovechar a sus familiares o
no".
Igualdad sólo para españoles
Múgica
también desmonta el argumento de 'Morados' de que negar la
ciudadanía a los nietos de los huidos frente a los
descendientes de los emigrantes económicos quebranta el
principio de igualdad proclamado en el artículo 14 de la
Constitución.
La cuestión radica -sostiene Morados- en que, a
diferencia de los emigrantes económicos, que pudieron
inscribir en los consulados en América a sus hijos como
españoles, a los exiliados políticos se les negó este derecho,
por lo que sus descendientes tuvieron que optar forzosamente
por la nacionalidad del país de acogida.
Sin embargo, para el defensor esta explicación no
es válida porque "la igualdad, en su vertiente formal según
viene recogida en el artículo 14 de la Constitución, sólo se
predica de los españoles y no de los que aspiran o pretenden
aspirar a serlo".
Españoles en el extranjero
El
defensor del Pueblo rechaza otro de los ejes de la reclamación
de 'Morados', colectivo que insiste en que la reforma de la
nacionalidad que entró en vigor el pasado 9 de enero choca
frontalmente con el artículo 42 de la Constitución, que
proclama que los poderes públicos deberán salvaguardar los
derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles
en el extranjero y orientar su política hacia su retorno.
En opinión de Enrique Múgica, la reciente reforma
del Código Civil va encaminada precisamente a "facilitar la
conservación y transmisión de la nacionalidad española", por
lo que "difícilmente" se puede considerar que la nueva
normativa sobre la ciudadanía atente contra el mandato
constitucional de defender los intereses de los emigrados.
Para Múgica, es claro que la reclamación de los
nietos de los exiliados es sólo una reacción al hecho de que
los miembros de este colectivo "pretendían del legislador un
resultado más acorde con sus solicitudes y, por el momento, no
lo han conseguido".
No obstante, explica el defensor en su respuesta,
las "Cortes Generales contemplan estos asuntos con creciente
interés y sensibilidad", por lo que no descarta que en un
futuro el Parlamento abra las puertas a la nacionalidad a los
miles de descendientes de los exiliados.
Entre
tanto -recuerda Múgica- estos millares de nietos de españoles
pueden tratar de acceder a la nacionalidad si consiguen
residir de forma legal en España por espacio de un año, el
único resquicio que la nueva legislación deja para este
colectivo, que no obstante pasa a depender de la Ley de
Extranjería.
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